Llorando
besos de lascivia eterna
No
te detesto, ni males te pienso
Sólo
firmo sobre una sentencia
En
la que leo mi dulce deseo
Tortuosos
monólogos desabridos
Que
muestran lo peor de nuestra suerte
Obligan
a mantenernos abstenidos
En
vida y en nuestra propia muerte
Represiones
absurdas que en mis oídos resuenan
Todas
ellas hechas de deseo, sexo y alma
Sólo
te pido me traigas esa sensación que tanto llena
Que
me traigan un poco de esa excitación que tanto calma
Quiero
un poco de ese placer que tanto asfixia
Y
que de emociones nuevas se tiñan las miradas
Que
tanto dirijo al mundo, que demasiado desconfía
De
pasión y sentimientos que nos dejan amordazadas.
Llegará
el día en el que se vaya esta venda de los ojos
En
el que deje de desear esa fantasía con ese fervor
Sólo
quiero llegar a ese lugar, abrir todos los cerrojos
Y
sin inhibición alguna… hacerte el amor.