Sigo
mirando por la ventana al cielo grisáceo. La noche apunta a una tormenta y mis
ideas se entremezclan, esperando todas y cada una de ellas para resolverse a sí
mismas, mas yo no las dejo. Mi cabeza vuela y yo no tengo las alas tan fuertes
como para soportar hasta dónde voy a llegar, y mucho menos tengo fuerza suficiente
para soportar la caída.
Daniel
se acerca a mí y me da una taza de chocolate caliente, la que sostengo con unas
manos que aparentan al tono del fantasma más que al de un ser vivo y que se
asemejan a un par de témpanos de hielo.
–Tu
semblante no cambia… -me notifica Daniel, como si yo no pudiera ver mi reflejo
en el vidrio -¿qué fue lo que viste ahí?
–Un
cadáver y una nota para mí…
Abre
los ojos. Siempre tuvo unas enormes pestañas que adornaban su mirada, que
intensificaban los momentos en los que él necesitara poner una expresión.
–¿Y
qué dice la nota?
–Es
la letra de una canción de Britney Spears… Womanizer,
“I know just just what you are”… lo único que me preocupa es la literalidad
del mensaje.
–Sé
qué eres… ¿iba dirigido a ti? ¿fue esa chava que fuiste a seguir al baño?
–Tengo
mis sospechas -¿quién más podría ser? Me mira Daniel de nuevo con ojos
inquisitivos, o si es que así se le
puede llamar a la mirada que me dirige, arqueando las cejas y torciendo un poco
la boca. He aprendido con el tiempo a imaginar lo que alguien piensa o dice sin
siquiera abrir la boca, pero este conocimiento cabe dentro del plano
imaginativo, por lo que aun así, tengo mis dudas –la pelirroja, la de la bolsa,
Leo…la que iba a entregar el dinero.
–No
podemos sacar una conclusión apresurada e ir detrás de alguien –me indica, pero
no sé qué hacer ahora, si seguir lo que me dice o escuchar los gritos de mi
corazón y tenderme en mi cama a dormir –voy a checar las redes de esta mujer,
debe estar en activo por algún lado, si es así, la podremos rastrear.
–Prende
la tele, quiero que haya algo de ruido –pido de favor mientras sigo mirando al
cielo… ¿habrá sido Leo? Es la única que acompañó a Graciela en todo el
trayecto; si consigo más información sobre ella, podré hacer un perfil completo
y determinar quién es ella en realidad. Es la de los pagos, y una jefa
estricta, tal vez jefa del Brayan también ¿la habrá matado como ejemplo para
los que no cumplen? No… Graciela fue leal, ella entregó a los niños al Brayan
para el matadero, pero pudo haberse enojado porque no habían llegado a tiempo y
encargarse ella misma del asunto, sin mediar palabra con Brayan. Brayan, ¿él
tiene alguna conexión con Leo o sólo es un achichincle? ¿estoy excluyendo algún
factor extra? Sí… esta persona sabe de mí.
La
televisión resuena…
Un
extra informativo.
–Nos
encontramos afuera del bar Bombay que se vio envuelto en la muerte de dos jóvenes
asistentes identificadas como Graciela Enríquez Ledezma y Leonela Arco del
Villar, quienes fueron asesinadas brutalmente por asfixia y encontradas en el
baño y basurero del bar respectivamente. Las autoridades correspondientes
llevarán el caso al departamento de Feminicidios del estado. Scarlett García
reporta para…
–Esto
está jodido… exclamo, tratando de reunir las piezas en su lugar.
–Ve
el lado bueno –me dice Daniel –ya no tendremos que buscar a Leo.
–Ve
el lado bueno –repito con tono de burla -¡tendremos trabajo extra!
Los
focos titilan y de repente la luz se va. La oscuridad de la ciudad es impresionante,
el brillo de sus luces me deja pensando que tal vez a nosotros se nos acabe la
propia.
Regresa
la energía, y algo me llama la atención por debajo de la puerta: un charco rojo
se hace presente y notorio y el olor a hierro me enerva los sentidos.
Mis
muertos detrás de la puerta.
Daniel
la abre lentamente y entonces cae un bulto pesado con una nota clavada…
Memo.
“No suelo escatimar en envolturas,
Continúen siguiéndome y habrá más de
dónde vino este…”