20 de diciembre de 2011

Incertidumbre

"Perdón, ¿te lastimaste?" Me había preguntado aquella voz, la cual creía perfecta desde hace mucho tiempo. "No te preocupes, estoy bien" respondí aparentando calma al hablar, pero el hecho de escuchar su fantástica melodía dirigirse hacia mí era algo que hacía enchinar cada fibra de mi ser. "Deja que te ayude" decía mientras extendía su mano esperando a que la tomara, una vez teniendo nuestras manos entrelazadas pude apoyarme en él para levantar mi cuerpo del suelo.
  
No quería que aquella sensación que recorría todo mi ser dejara de fluir, quería seguir sintiendo su piel sobre la mía, quería seguir experimentando aquel latido intenso que caracteriza a este sentimiento al cual aún no podía dar nombre.


"Gracias" respondí ahora con voz entrecortada mientras trataba de esconder mis coloradas mejillas detrás del muro de cabello oscuro que pretendía crear, la alegría que corría por mis venas era tal que se me escapó una leve sonrisa.


Todo lo bueno suele durar poco, por desgracia es así como debe de ser para que sean apreciados todos y cada uno de esos momentos que parecen ser mágicos al instante de ser experimentados. Añoraba con cada parte de mi ser estar con él, sentir su piel tersa, mirar sus brillantes ojos, incluso poder abrazarle.


Quisiera tener el valor suficiente como para poder acercarme a él, tener una plática agradable, poder mirarle de frente, pero lo mucho que puedo hacer es observarle de lejos, escuchar su melodiosa voz y mantenerme ilusionada con su recuerdo.


Muchas veces llega a mi mente la siguiente incógnita: ¿Pensará lo mismo de mi? ¿Sentirá esa misma atracción por esta joven e ingenua niña? la mayoría de las veces me contestaba esas preguntas con un tajante "no", lo cual me obligaba a desistir de todas mis ideas sin embargo, algo dentro de mí le susurraba a mi corazón que no dejara de latir por una incertidumbre.


No había pasado ni un minuto desde que me puse de pie, apenas noté que seguía aferrada a su mano, no fui capaz de voltear mi mirada hacia la suya, el miedo al desprecio me consumía como el fuego a un trozo de madera. Cada segundo que pasaba se volvía un tormento por la constante idea en mi mente a favor del rechazo, en cambio, seguía sosteniendo su mano por lo que le era susurrado a mi corazón, dos ideas en conflicto, dos sendero que se habían entrecruzado, dos posibilidades existentes en esta realidad a la cual solamente él le daba sentido.


Sin embargo "la belleza del amor se esconde en la incertidumbre." Intenté consolar mi mente con esta frase pero sólo creó un remolino de dudas que vino a invadirme.


Apretó mi mano con una combinación de fuerza y delicadeza, al notarlo inmediatamente volteé mi mirada, la cual se cruzó con la suya. Al instante me abrazó con fuerza y al oído me susurró aquellas palabras que guardaré para siempre en mi corazón: "te quiero".


Logrando despejar mi corazón y esbozando una gran sonrisa lloré por la alegría y correspondí a aquel abrazo, logrando dar inicio a una hermosa historia, la cual jamás terminará.


[FIN]

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