En el taxi llego a la calle
correspondiente y al momento de salir, pago la tarifa que es exagerada a mi
gusto y camino hasta llegar a la casa que indica mi GPS; toco la puerta un par de veces hasta que me abre una señora
gorda y morena, quien sostiene a un bebé de aproximadamente dos años de edad,
el que babea y juguetea y mira con la curiosidad digna de un… bueno, de un niño
aparentemente baboso.
Pero no es el bebé que busco.
Según la clienta, el bebé que estoy
buscando tiene aproximadamente cuatro meses de edad, cuatro, lo que se me hace
un poco absurdo si se considera que en ese tiempo, una mujer que ha dado a luz
no busca separarse de su cría. Esos son datos que debo mantener en mente
mientras hago este caso y esta búsqueda.
–¿Quién es y qué quiere? –me dice la
señora y pronto mi instinto se activa y creo que es Inés, pero nunca me he dado
la tarea de confiar en mi instinto… me falla muy seguido. La voz de la señora
suena agresiva, pero sus gestos y su ceño son tranquilos, serios.
–Madeline –respondo de inmediato y
saco mi licencia–investigadora privada.
–Ajá… ¿y qué quiere?
–Respuestas –siempre quise decir eso
–¿sabe algo de la señora… -saco mi libreta llena de datos personales –Graciela
Enríquez Ledezma?
La señora ha palidecido.
–No la quiero en mi casa –espeta y
cierra la puerta, pero antes de que la cierre de un empujón, la detengo;
aparentemente tengo más fuerza que esta señora, a quien no le queda más opción
que dejarme adentro –bien, tiene mi atención.
Sonrío con perspicacia, y termino
pensando en cómo empezar mi entrevista…
wow me encanta leer lo que publicas
ResponderEliminarfelicidades eres una gran escritora :